Las botellas de aluminio son ligeras, resistentes a los golpes y principalmente reciclables. El aluminio que se emplea ejerce dos funciones fundamentales. La primera de ellas es como barrera de protección contra la luz y la humedad, el oxígeno y la contaminación. La segunda, por poseer propiedades mecánicas, es un material ligero pero fuerte. En su interior, para evitar que el aluminio entre en contacto directo con el agua, las botellas llevan un recubrimiento de EPOXY FENÓLICO aprobado por el INAL. Dicho material evita migraciones de sustancias que puedan suponer un riesgo para la salud. Este tratamiento se realiza para evitar que el aluminio se oxide con rapidez al contacto con el oxígeno. A pesar de que las botellas de aluminio son duraderas, debe evitarse golpes o caídas que puedan afectar a la eficacia del recubrimiento interior.